1. … a primera vista. Al introducirnos en las primeras líneas, por no decir versos, de El señor presidente , lo primero que resuena en nuestras cabezas es el carácter sonoro que se apropia de nuestros sentidos nublándonos la vista. Basta con tomar la crítica que hace Osorio [1] para darse cuenta de que el despliegue de aliteraciones, onomatopeyas y repeticiones crean cuando no una cacofonía, un grito infernal que resuena y retumba en el pecho del lector. Esto no es azaroso. En la novela de Miguel Ángel Asturias, los personajes han perdido su capacidad visual y andan a tientas en una oscuridad que no pueden despegarse de los ojos. Es por esto que el presente trabajo se centrará en la construcción de la vista de los personajes como sentido (y no de la mirada como como punto de enfoque). Para ello se tendrá en cuenta el refranero popular que atraviesa la obra asturiana (y al que es probable que se la atribuya la idea de un colorido local), la metáfora del ojo de vidrio, y la connot