En el marco de Conurbanos y géneros: el papel de las mujeres y las disidencias sexuales en las narraciones del conurbano bonaerense, una de las mesas sobre Literaturas y Conurbanos: entre lo local y lo global, organizado por la Universidad Nacional A. Jauretche con apoyo de otras instituciones y programas, lo que planteé fue El conurbano y lo femenino como liminalidad; el rol de la tierra en la construcción identitaria, o dicho de otro modo, como la figura de Cometierra, protagonista de la novela homónima de Dolores Reyes se construye, al igual que el conurbano, como una figura liminal, ambigua. Ambos compartirían cierta idiosincrasia en la forma en que son llamados. Sus apelativos son generalizadores, ocultan las particularidades y potencialidades que poseen sus nomenclaturas son una especie de manto que los estigmatiza, y sin embargo “lo único cierto es la Tierra” dice la obra. Por eso, antes de continuar querría hacer algunas aclaraciones. ¿Cómo leer al Conurbano? En “La lec