Yo sé que este es un espacio de literatura pero también es un espacio de educación. Es miércoles. Acabo de terminar en una hora el libro de Chimamanda Ngozi Adichie Querida Ijeawele: Cómo educar en el feminismo . Este es el primer momento verdaderamente mío en el último año y medio, es decir, desde que fui madre. No es que me haya dejado de lado. NO. Simplemente ocurre. Pero los pocos momentos libres en que puedo hacer algo para mí no sólo son contados, sino que tienen un tiempo muy acotado: los límites temporales del trabajo y el jardín maternal. El libro de Chimamanda es afectuoso, destacable y, obviamente, feminista. Adhiero a todo lo que propone, o por lo menos a la gran mayoría. Pero siento que no me ha dicho nada nuevo, que, simplemente, ha confirmado lo que yo ya pensaba. Me parece hermoso para una mujer que quizás nunca se ha acercado al feminismo, pero poco enriquecedor para quienes lo transitamos, para quienes el feminismo es un modo de vida. Cuando supe que estaba emba