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Sobre la ciencia ficción

Muchos asocian la ciencia ficción con relatos de viajes espaciales, astronautas y marcianos, que transcurren en un futuro más o menos lejano. Sin embargo, esta idea nos remite más bien a los orígenes del género. Hay que tener en consideración que el terreno de la ciencia ficción es muchísimo más amplio.


Antes de comenzar a teorizar, creo conveniente aclarar que este tipo de relatos no necesariamente se ubica en el futuro y, si lo hace, este es una mera excusa para introducir ciertas conclusiones que surgen de problemáticas actuales de nuestra sociedad. Esta idea se conoce con el nombre de “extrapolación” (concepto que tiene que ver con trasladar, a ciertos ámbitos o tiempos, conclusiones obtenidas en otros). Entonces, el mundo que la ciencia ficción evoca, puede estar establecido en un futuro o no, en una realidad alternativa o no, pero lo fundamental es que presenta conflictos que son propios de nuestra realidad para, así, repensarlos. En cuanto a sus rasgos específicos, podemos agregar que la ciencia ficción presenta un modo hiperbólico de mostrar esos conflictos y las relaciones interpersonales. Este hecho está ligado a evidenciar la aguda crítica social, fundamental en el género. Bien sabemos que la literatura en general, y la ciencia ficción en particular, son un medio de expresión de ideas políticas y un medio de reflexión de aspectos de nuestro presente y de inquietudes filosóficas.


Frente a la dificultad para definir este género, seguimos a  Jorge Sánchez, quien, en su “Nota preliminar” de El cuento de ciencia ficción, plantea que "... se podría decir que es una rama de la literatura fantástica con algunas características propias, la más importante de las cuales debería ser el rigor y la verosimilitud: lo que sucede debería ser posible, o en un futuro  lejano, o en una tierra paralela, o en otra galaxia, o en otra dimensión de la mente. "
 Aclaremos que, cuando el autor se refiere a “rigor”, apunta al rigor científico. No importa si los hechos son posibles o no, lo que sí importa es que estén explicados y sostenidos mediante la ciencia. En términos de Pablo Capanna, decimos que siempre que haya una imaginación disciplinada estamos en presencia de la ciencia ficción. Como vemos, el nombre del género "ciencia ficción" tiene que ver o bien con que se centra en analizar el impacto de la ciencia y la tecnología en la vida o bien con que se construye a partir de la lógica de la ciencia. Según Capanna, "Lo que caracteriza a la s- f (science / speculative ficcion) es cierta actitud metódica y cierta lógica consecuente, de corte científico, para tratar aun las hipótesis más descabelladas". Muchas veces, entonces, lo que diferencia un texto fantástico de uno de ciencia ficción es el principio de verosimilitud, el cual, en el caso de la ciencia ficción, es científico.


Los orígenes de la ciencia ficción son cuestionables pero, en su forma actual, recién aparece en 1818 con Frankenstein de Mary Shelley, ya que en esa obra, el monstruo es un ser al cual el hombre le da vida gracias a la ciencia. En el siglo XIX, con la revolución industrial, aparecen dos grandes precursores del género: Jules Verne y H. G. Wells. En ellos, vemos las dos vertientes del género: una, optimista y la otra, todo lo contrario, ya que muestra la falta de fe en la humanidad y la desesperanza.
Algunos de los escritores de ciencia ficción más populares son Ray Bradbury, Isaac Asimov, H. G. Wells, Aldous Huxley, George Orwell, entre otros.

 

Es interesante detenernos en la New wave, la cual implicó cambios en la concepción del género. Este fenómeno, que tuvo lugar entre los años 60s y 70s, desplazó su foco de las ciencias duras a las llamadas ciencias blandas, tales como la sociología o la psicología, por ejemplo. Exploró con mayor profundidad los sentimientos y las relaciones humanas. El gran tema de este subgénero de la ciencia ficción fue el otro (que puede ser un extraterrestre o un robot pero que en realidad representa al otro racial o cultural o a la mujer frente al patriarcado). Nos habla más de relaciones humanas y tensiones sociales. Ahonda en la problemática sobre qué significan las diferencias. Muchas veces deja entrever que el otro, aun sin ser humano, puede ser más empático que nosotros o puede tener valores superiores a los nuestros.

 

En cuanto a los rasgos que adquiere el género en Latinoamérica, podemos decir que en los textos hay una relación con la tecnología muy distinta a la que se ve en la literatura anglosajona (la más difundida dentro de este género). En la ciencia ficción latinoamericana, suele verse un uso de la ciencia y la tecnología que difiere de aquel para el que fue concebida (para encontrarle nuevos usos, para arreglarnos con lo que tenemos a nuestro alcance, para hackear, etc.). Nuestras lógicas son otras, no menos importantes que las importadas. Pablo Capanna toma El eternauta de Oesterheld como una de las primeras obras de la ciencia ficción argentina, si bien hubo textos anteriores, esta innova en el hecho de traer la invasión extraterrestre a Buenos Aires. Esa territorialización fue sumamente novedosa, así como también lo fue la culturización: los personajes resuelven todo con nuestra idiosincrasia. Fue la primera obra clara característica de la ciencia ficción latinoamericana (o argentina) que rompió con los patrones anglosajones.

 

Hoy en día, es muy frecuente la confusión que se produce entre la ciencia ficción y la space opera, sin embargo, la distancia entre ambas es, a mi entender, abismal. La space opera es un relato futurista que se centra en la acción. Transcurre en el espacio exterior, sin embargo, pese a poner el énfasis en los viajes interestelares, imperios galácticos y guerras, no deja de lado el romance. Carece de rigurosidad científica, por lo cual los personajes se mueven de un planeta al otro sin verse afectados por cambios atmosféricos, por ejemplo. Los habitantes de estos lugares suelen ser personajes exóticos basados, muchas veces, en animales que existen en la Tierra. En estos textos, la ciencia y la tecnología constituyen un mero escenario de fondo, por lo cual son totalmente prescindibles. La acción puede trasladarse a un contexto cotidiano sin que se pierda el sentido original del conflicto presentado. El mejor ejemplo es la famosísima y genial saga de Star Wars.

 

Daniela Valenzuela




Bibliografía:


Capanna, P. (1966). El sentido de la ciencia ficción. Buenos Aires: Nuevos esquemas. Editorial Columbia.


Clarke, A., Ballard, J. C., Le Guin, U. (1978) "Nota preliminar" en El cuento de ciencia ficción. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.

 

Link, D. (comp.) Escalera al cielo. Utopía y ciencia ficción. (s-d).

 

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