¿Supresión o aceptación de las diferencias? Reflexión a partir de la lectura de dos novelas de Úrsula K. Le Guin
Últimamente estuve
leyendo bastante a la escritora norteamericana Úrsula K. Le Guin y noté algo
que me llamó poderosamente la atención y que se me ocurrió relacionar con el 12
de octubre, día del respeto por la diversidad cultural.
En su genial novela
de ciencia ficción llamada La mano
izquierda de la oscuridad (pronto escribiré un artículo sobre esta obra),
ella parte de una premisa muy interesante: ¿qué pasaría si no existiera la
dicotomía sexo femenino/ masculino? En su libro, los personajes son “neutros” y
desarrollan, solo en período de reproducción, indistintamente cualquier sexo y,
a lo largo de sus vidas, pueden ser tanto madres como padres de sus hijos.
Casualmente, en esa sociedad, la guerra no existe.
Por otro lado, en
la novela, también de ciencia ficción, (sí, sí, me gusta mucho este género) La rueda celeste, el protagonista tiene
la particularidad de que sus sueños se vuelven realidad y cambia la historia en
retroactivo. Frente a este hecho, le pide ayuda a un psiquiatra para que,
mediante la hipnosis, le sugiera qué soñar. Con este método tratan de mejorar
el mundo. En un momento, el doctor induce a su paciente a soñar una realidad
sin problemas por cuestiones raciales y éste sueña/ crea un mundo donde todos
los seres humanos tienen la piel de color gris, eliminando así las guerras por
discriminación racial.
Ahora bien, ¿qué
fue lo que me llamó la atención?: que en ambos libros las diferencias no fueron
un problema porque se las anuló. En La
mano izquierda de la oscuridad, todos son neutros o bien hombres y mujeres
por períodos. En La rueda celeste,
después del sueño ya mencionado, todos tienen el mismo color de piel: gris. En
ninguno de los dos mundos creados se condiciona a la gente por cuestiones
biológicas, las cuales en nuestra sociedad sí son condicionantes.
Entonces, ¿qué fue
lo que me llamó la atención?: que, hasta en el universo de la Literatura, es
decir, en la ficción, es más fácil imaginar una sociedad en que las diferencias
se esfumen, antes que una en la que las diferencias sean aceptadas como algo
normal y positivo (¿no dicen por ahí que la riqueza radica en la diferencia?) y
no generen violencia.
Creo que esto muestra
mucho de lo que es la humanidad: tenemos mucho camino por desandar y muchas
ideas (impuestas y sostenidas desde distintos discursos de poder) por
desaprender. Es momento de aprender a incluir, respetar y tolerar en serio (y
no solo de la boca para afuera). Suele parecerme una tarea imposible, pero si,
a veces, la realidad supera a la ficción, quizás, en algún momento, podamos
conseguirlo y tal vez, solo tal vez, el respeto por la diversidad sea real y se
vea en cada accionar del día a día de todas las personas.
Dany
Me gustó la reflexión, y si, es más fácil eliminar lo diferente que aceptarlo hay mucho camino por recorrer pero por lo menos se dio el primer paso
ResponderBorrarPuede parecer una tarea imposible pero no lo es. En este sentido la historia, al menos en nuestra cultura, a avanzado muchísimo. Puede ser que este avance parezca lento pero es inexorable. Pensá que como vos bien decís tenemos que desandar lo aprendido consiente e inconscientemente.
ResponderBorrarTal cual! Gracias por los comentarios!!!
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