Disclaimer
El artículo que les dejo no viene
de un artículo científico o un paper o
lo que sea que a ustedes les sirva de cita de autoridad. Este texto es producto de un consumo MASIVO de manga y anime (y
sus numerosas notas de traducción) y de mi propia curiosidad por ciertos temas
(estudio japonés, por ejemplo), la observación atenta a algunos detalles, la
asistencia a charlas y talleres on-line, etc. También lamento si les parece
extenso, pero podría seguir escribiendo.
Todo lo que menciono se puede buscar
y lo van a encontrar. Y en lo personal, les recomiendo que les den a estos
géneros una oportunidad. Netflix y Amazon Prime ofrecen un buen catálogo y si
se enganchan, siempre pueden acercarse a Crunchyroll. Obviamente, que, si
tienen más información para pasar, va a ser bienvenida.
Gracias por la comprensión
Agus Argiz.
Breve introducción al manga y el anime.
Si bien, para occidente, manga alude únicamente al cómic de
origen japonés, en oriente cómic y manga son sinónimos. Lo mismo ocurre con
dibujos animados y anime (de hecho,
anime es apócope de animation pero pronunciado
fonéticamente “animeishon”). Dicho esto, avancemos. Hoy en día la industria del
manga y el anime japonés ha estallado, e incluye al merchandising y al gaming.
Dejó de ser el nicho de unos pocos para poder tener el reconocimiento que bien
se merece y desde El Rincón le queríamos dedicar algunas palabras.
Japón, la literatura y el arte en los que parece apoyarse el manga
El arte y la literatura en Japón
parecen estar fuertemente vinculados desde el inicio. Muchos haikus eran
ilustrados y famosas son las estampas del “mundo flotante” o ukiyo-e, imágenes de reproducción masiva
al alcance de todos. Pero si pensamos en la narración oral, también
extensamente difundida en el país de oriente, también nos encontramos con
producciones artísticas maravillosas.
Si bien la literatura japonesa
escrita data de, por lo menos, el siglo VII con una fuerte impronta poética y
gran influencia china, la realidad, es que el manga como género interdisciplinar
no pareciera enmarcarse en esta tradición. De hecho, son numerosos los mangas y
anime que presentan pequeños espacios metatextuales que van evidenciando cuál
es la tradición de la que son herederos estos textos a los que podríamos
denominar de género mixto, es decir, que combinan la palabra con lo visual o lo
audiovisual.
Cien famosas vistas de Edo es un ejemplo excepcional de lo que es
el ukiyo-e. En el manga y el anime Sidonia no kishi (Knights of Sidonia o Los
soldados de Sidonia) estos reconocidos grabados son parodiados en los “Cien
lugares famosos de Sidonia”. Habría que ver si este guiño que demuestra la
tradicional vida y estética japonesa en una nave-asteroide que flota por la
galaxia (se toma literal la idea de "mundo flotante") puede ser captada por el público occidental.
Por otra parte, una de las formas más tradicionales de narración oral pasa por el teatro y, sobre todo, de sombras. En este tipo de relatos, se ilustraba lo que se iba narrando a partir de títeres, marionetas o varas con papeles recortados. En la temporada final de Shingeki no kyoshin (Attack on Titan o El ataque de los titanes), uno de los personajes monta un escenario y afirma que va a contarles una historia. Es un discurso que busca unir a las naciones para arengarlas a la guerra en contra de la isla Paradis. Durante su discurso, en el gran escenario, se observa una cortina en la cual se van proyectando sombras de los titanes que habitan la isla y a los que hay que vencer.
Más alejado en el tiempo Utena, la chica revolucionaria presenta pequeños fragmentos donde unas sombras femeninas, hacen chistes sobre algunos temas, revelan información sobre otros o interpelan a los personajes. Estas chicas aparecen sin mostrar la cara en varias oportunidades y se presentan como “La compañía de teatro de sombras, Kashira”.
El vínculo palabras-imagen es fuertísimo. Pero más cercano al anime es, quizá, el kamishibai. Literalmente “teatro de papel”, surge en los templos budistas para combatir el desempleo durante la segunda guerra mundial. Esta técnica narrativa consiste en contar una historia e ilustrarla con láminas que van en una caja con puertas. Para entretener o con fines pedagógicos estaba orientado a niños y niñas. Sin embargo, esta estrategia para narrar historias o explicar cosas es vista frecuentemente en algunos mangas y anime. El antes mencionado Utena… comienza con un relato ilustrado.
En Bleach, Rukia explica cómo funciona el mundo de los shinigami (segadores de almas o dioses de la muerte) por medio de ilustraciones
Para la misma época, apare en
Europa una serie de libros ilustrados a los que se denominó “libro álbum” y una
de las infaltables hoy en día en este género es una japonesa, Satoshi Kitamura,
quien en 1983 ganó uno de los premios más importantes del rubro. ¿Coincidencia?
El libro álbum, pareciera una extensión editorializada del kamishibai, y lo podemos ver en mangas como Monster o Chobits.
En “Un monstruo sin nombre” no
sólo se reflexiona sobre la identidad, sino también sobre el bien y el mal.
Por su parte, “Una ciudad sin
gente” medita sobre cuál es la esencia del ser humano, la empatía y si se puede
amar lo que se supone que no debe ser amado.
Si bien podemos estar en
presencia de géneros populares y tradicionales ampliamente reconocidos desde el
folclore y la literatura, nada impide que se constituyan como las bases directas
de géneros más modernos como el manga y el anime.
Yuki Yuna wa yuusha de aru (Yuki
yuna is a hero o Yuki Yuna es una heroína) inicia con una historia acerca de un Rey Demonio y el héroe que lucha contra él. La historia se interrumpe cuando nos damos
cuenta que en realidad lo que estamos viendo es a cuatro chicas de secundario
haciendo una obra de títeres para primaria y no la intro
de un anime. Esta breve ruptura del pacto de lectura se acentúa cuando, en un
movimiento brusco, tiran el escenario de los títeres, Yuki cambia rápidamente el
registro y le tira un típico movimiento de Shounen
de pelea al títere de su amiga, el Rey Demonio; quien está en la consola de
sonido pone música de terror; para no perder los tropos propios
del género, la narradora, otra de las chicas, pide que se aliente al héroe (como a Goku dándole
energía para la genkidama) para que
pueda vencer al Demonio. La escena es corta pero condensa de manera metatextual
la tradición en la que se va apoyar el anime y las barreras que desea romper. Y por otro lado, si hablamos de Yuki Yuna... ¿Shounen o Maho Shoujo?
El problema de los géneros en el manga y el anime.
A diferencia de lo que ocurre en
occidente los géneros que nos propone Japón van por otro lado. Quizás, a
nuestro entender, un poco conservador, pero básicamente consiste en separar los
textos por grupo etario y por género. Kodomo a niños y niñas de poca edad,
Shounen corresponde a niños y jóvenes, Seinen a hombres mayores de edad,
Shoujo, a niñas y jóvenes, y Shosei a mujeres mayores de edad. En general, esto
da una idea de qué tipo de temática puede predominar y en que profundidad se va
a tratar. A su vez, estos se clasifican en numerosos subgéneros vinculados,
sobre todo, al tipo de relación romántica que puede aparecer en ellos o, en su
defecto, a aspectos centrales de la trama, como la presencia o no de robots
gigantes tripulados (mecha), si se practica o no un deporte (spokon), si transcurre en un mundo
alternativo o paralelo (isekai), si los personajes son zoomórficos (furry), si la personalidad
del personaje es explosiva y se centra en la amistad y la autosuperación (gekiga), etc.
Al igual que ocurre en occidente, un manga o anime puede cubrir varios frentes. Naruto es un Shounen Gekiga, y
Haikyuu! es un Shounen Gekiga Spokon; Swordart on line es Shounen e Isekai, y por
la cantidad de chicas alrededor de Kirito, podríamos pensar que es un Harem (un hombre rodeado u deseado por muchas mujeres).
Las etiquetas son más bien
orientativas. Porque algunos salen completamente del género. Puella Magi Madoka Magica parece un Mahou Shoujo (chicas y chicos que poseen poderes mágicos y donde predomina la transformación y hay bastante acción) con todas las letras, pero
por lo oscuro de su temática y su estética, podría entrar dentro del Seinen sin ningún problema. ¿Pelear
dentro del mundo creado por una bruja lo convierte en Isekai?
Quizás, hablar de géneros hoy es
algo que podríamos replantearnos al rededor del mundo, sin embargo, a la hora
de elegir qué consumir resulta sumamente útil.
De oriente y occidente
Pero si lo que se quiere es dar
una introducción a este género, no se puede perder de vista al mangaka y
animador con el que empezó todo según los expertos: Osamu Tezuka. Imitando a
los dibujos de Walt Disney y sus ojos occidentales gigantes, crea la estética
para los entrañables Astroboy y Kimba, el león blanco, entre muchos
otros.
No obstante, creo que lo
interesante de este autor es que no sólo sentó las bases para la estética del
dibujo animado japonés (y que hoy es admirado e imitado), sino que además abrió
la puerta para tocar temas que hoy parecen más comunes pero que a fines de los ’60
rozaban lo tabú. Osamu Tezuka dio vida a una princesa transgénero. A Zafiro, la
protagonista de Ribon no kishi (La
princesa caballero) no solo se le otorga un corazón de niño y otro de niña (en este caso, como la palabra es kokoro, es como si tuviera dos almas, dos formas de pensar y sentir, o dos esencias),
sino que se la obliga a actuar como uno de esos dos corazones, el de príncipe, más allá de sus deseos, y defender al reino de todos los
males que le aquejan. Zafiro lucha contra las leyes heteropatriarcales que no
la dejan gobernar como reina y lo posicionan mejor a su primo Plastic, y contra la
imposibilidad de manifestar su amor plenamente a Franz, el príncipe del que se
ha enamorado.
Si bien hay una fuerte impronta occidental en los dibujos que nos permiten reconocerlos rápidamente, la forma en que se tratan ciertos temas de manera transgresora pero sutil, se aleja rápidamente de los inicios conservadores de la industria norteamericana. Sin La princesa caballero resultaría difícil pensar en otros mangas y animes que tienen personajes homosexuales y transgénero que no son ridiculizados, sino por el contrario, son presentados de manera natural y respetuosa como parte de la diversidad de personajes, como es el caso de Lady Oscar (o La rosa de Versalles) , Utena o Sailor moon.
Por otra parte, no se puede dejar de mencionar lo presente que está la cultura occidental dentro de los mangas y anime. Saint Seya o Los caballeros del zodíaco hacen una reinterpretación de los mitos griegos y nórdicos destacable, y al día de hoy siguen apareciendo nuevas versiones. Los juegos y anime de la saga Fate reconstruyen la épica universal. Evangelion crea toda una cosmovisión sobre los vínculos interpersonales reescribiendo el "Génesis". Japón, como partícipe de la segunda guerra, recrea una y otra vez las causas y consecuencias de la misma en obras como Helsing, Fullmetal alchemist y Attack on titan, entre muchos otros.
Conclusiones generales
Cuando era chica mi mamá le decía
al anime “dibujos chinos”, hoy me resulta hasta racista, pero en ese momento
había mucho prejuicio con respecto a algunas cosas que provenían de oriente.
Sobre todo, porque dentro del manga y el anime se cristaliza una cosmovisión
que para occidente puede ser prácticamente incomprensible. Hace poco, escuché
una entrevista que Crunchyroll le hace a quien dobla al personaje de Sailor
Mars en la remake de Sailor moon. La
actriz de voz contaba que su madre le decía “sailor moon” a todos los animes
indistintamente, y no pude más que sentir empatía.
Internet hoy no sólo nos permite
estar más informados e informadas, sino también entender y ser más comprensivos
con respecto a los gustos y consumos de la industria cultural. Hoy, quienes
veíamos Robotech, Dragon ball, Naruto,
Dtective Conan, Sailor moon, Sakura card captor o Las guerreras mágicas, o
jugábamos Street fighter, Mortal kombat,
Pokémon y toda la producción de Sega y Nintendo tenemos otra forma de
encarar lo que llega del país asiático, y más que eso, estamos dispuestos y
dispuestas a darle una oportunidad a otras industrias culturales, como la
coreana, la china, la tailandesa y la india.
Me quedo con la duda de si la flexibilidad del género oriental para tomar como referente a las culturas populares escritas y orales, trabajar elementos propios de occidente y estar abierto a tocar los temas más variopintos que se nos puedan ocurrir es la que nos ha hecho, a la larga, revisar nuestra cosmovisión y ser más dúctiles a quienes en occidente hemos tenido contacto con él, exceptuando a ciertos mundillos del fandom y a los trolls
Agus Argiz
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