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Los sentimientos de lo fantástico en Edgar Allan Poe (2da parte)

“La caída de la casa Usher”

El texto se abre con un narrador protagonista en primera persona que siembra, como primer sentimiento en el lector, la vacilación. Él mismo no puede explicarse por qué la contemplación de la casa Usher le produce un gran abatimiento y angustia (No sé cómo fue, pero cuando vi la casa una sensación de insufrible tristeza invadió mi espíritu[1]). Como ya anticipamos en la primera parte de este análisis, según David Roas, el sentimiento que se desprende de todo relato fantástico es, precisamente, la angustia, en tanto sentimiento global de inseguridad. Frente a este sentimiento, aparece una explicación que permite virar el cuento hacia el ámbito de lo extraño, donde lo sobrenatural es explicado. Si bien el narrador mismo plantea que su conclusión es poco satisfactoria, afirma que hay combinaciones de sencillos objetos naturales que tienen el poder de afectarnos de tal modo…[2] Así, todo se reduce a coincidencias u otro tipo de solución racional. Esta tendencia, la de lo sobrenatural explicado, será la que se mantendrá a lo largo del relato y la que se verá reforzada hacia el final, cuando los hechos resulten ser, aunque inusuales, completamente lógicos según la perspectiva del narrador.

El personaje cuyo apellido da título al cuento, Roderick Usher, es caracterizado como una persona con una enfermedad corporal y una mental, en extremo nerviosa y con los sentidos agudizados es, también, como el protagonista de “Metzengerstein”, un personaje conflictuado por su situación familiar y, específicamente, el temor que le genera la enfermedad de su hermana. Sus especiales características afectan asimismo a Lady Madelina, quien, además, sufre ataques catalépticos. A raíz de esta problemática, Roderick le pide a su amigo que vaya a visitarlo y este, si bien no desea hacerlo, accede por una especie de deber moral. El estado del señor Usher empeora a lo largo del relato y su amigo, personaje narrador, lo describe como si aquél padeciese constantemente un constante terror.[3]

Tanto estos dos hermanos como el ambiente en el que se desenvuelven (la mansión y sus alrededores) generan en el amigo que va a visitarlos un sentimiento misterioso de inquietud y tristeza, que no duda en transmitir al lector para, de este modo, ir creando la atmósfera angustiante propia del género fantástico. La descripción del clima ayuda también a la ambientación, ya que, desde la primera línea, el día es presentado como monótono, oscuro y silencioso, en el otoño del año, cuando las nubes se ciernen agobiadoramente bajas en el cielo…[4] Luego, cuando el relato va llegando al punto de gran tensión, en la noche se desata una gran tormenta, que acompaña e intensifica el sentimiento de temor de los personajes, al punto de que el narrador reconoce que en él predominaban el asombro y un extremado terror[5]. Entonces, vemos que el clima acompaña el estado de los personajes.

Las descripciones abundan, de modo que el texto tiene un fuerte carácter indicial, y todas ellas apuntan a generar el efecto preconcebido por el autor y a intensificar la verosimilitud. Se describe al parque que rodea a la mansión, a la mansión por fuera, por dentro, a las habitaciones, al mobiliario, y a los habitantes de la casa con minucioso detenimiento. Esta estrategia demora notablemente el avance de la historia. No importan tanto los hechos, sino las sensaciones que se causan al lector.

En su estadía, el narrador comienza a cambiar su temperamento y va pareciéndose más y más a su amigo Roderick, como condicionado por el medio. Después de la aparición de lady Madelina, a quien creían muerta (punto de mayor tensión en el relato), la situación se vuelve insostenible para el narrador y decide, por ende, abandonar la casa. Una vez alejado, se vuelve para contemplar la mansión y ve que esta se derrumba. Este hecho, que en un primer momento parece fantástico, no deja de tener, como el resto de los sucesos narrados, una explicación lógica. Si bien, en un comienzo del cuento se dice que la casa no presentaba la menor señal de inestabilidad, la causa de la caída de la casa Usher fue la grieta en zigzag que bajaba desde el techo hasta el suelo, la cual es cuidadosamente descripta al comienzo. La grieta se ensanchó rápidamente, se produjo una violenta racha de luz, todo el disco del satélite estalló de pronto ante mis ojos, y mi cerebro se nubló cuando vi cómo se partían en dos los poderosos muros de la mansión[6].

Por otro lado, el otro hecho que genera vacilación tanto en los personajes como en el lector es aquel que tiene que ver con la coincidencia de los sonidos con el contenido de la novela que el personaje narrador le lee a su amigo en la noche de tormenta. Esta situación genera angustia y la correspondencia en momentos precisos del relato es realmente algo que roza lo fantástico. La explicación no se demorará demasiado: ¡El quebrarse la madera de la puerta del ermitaño, el aullido de muerte del dragón, y el estrépito del escudo! Pero di más bien, ¡el resquebrajarse de su ataúd, y el chirrido de los goznes de hierro de su prisión, y sus forcejeos en la galería blindada de cobre![7] Los sonidos que la hermana, supuestamente muerta, generó al salir de su ataúd se correspondían a los hechos narrados en la novela El loco triste.

Si bien las explicaciones no sugieren la presencia de lo fantástico, la vacilación y la angustia se generan hasta el final del cuento. Las interpretaciones de distinta naturaleza quedan siempre sugeridas, pese a que se termine optando por la racional.

 

Una interpretación alegórica muy difundida es la siguiente: podría pensarse que Poe en su cuento hace referencia al compromiso de Missouri de 1820 que, a la larga, no hizo más que acentuar la división entre el Norte y el Sur, que siempre había estado presente desde la época de la Independencia. Si bien con ese compromiso salvaron la unión a corto plazo, la permanencia de la legislación que permitía la esclavitud traería graves consecuencias en la Guerra de Secesión, en 1861. La grieta en la pared simboliza la línea de Compromiso de Missouri. Como la rajadura en forma de zigzag en la casa Usher hizo que esta, pese a que parecía sólida y bien construida, se derrumbara; así también el acuerdo que surge en 1820 de la necesidad de mantener el equilibrio terminó precipitando la guerra, ya que la legislación que permitía la esclavitud traería el levantamiento de los estados del Sur. Esta separación entre Norte y Sur y la posterior guerra acarrean consigo muerte para las personas de ambos lados, que no dejan de ser “hermanos”, así como Frederick y Lady Madelina Usher, que también son hermanos, mueren y la casa se desmorona. Por otro lado, la enfermedad de los hermanos Usher a la que se hace referencia puede leerse alegóricamente como la esclavitud.

En resumen, “La caída de la casa Usher” pueden clasificarse, según Barrenechea, en tanto relato fantástico por el hecho de que hay una convivencia de lo natural con lo sobrenatural presentada como problema. Sin embargo, siguiendo la teoría de Todorov, este relato se inclina hacia lo extraño, porque permanentemente el narrador busca darles a los sucesos una explicación lógica. A su vez, teniendo en cuenta el sentido traslaticio de la obra, este último texto podría recibir una interpretación alegórica, la cual según Barrenechea (a diferencia de Todorov) no anula lo fantástico.

La interioridad de personajes conflictuados aparece permanentemente en este relato. Los hermanos Usher se presentan como débiles de carácter y con serios problemas nerviosos. Su peculiar conducta y la atmósfera toda que envuelve la mansión generan una alteración en el protagonista, quien se nos presenta con un gran abatimiento y angustia de corazón[8].

La insistencia en la descripción de estos sentimientos y la repetitiva mención de estos estados por los que atraviesan los personajes de ambos cuentos causan en el lector, compenetrado en su lectura, el efecto preconcebido por Poe, ya que se identifica con los personajes hasta llegar a sentir la angustia y vacilación propias del género fantástico.

 

Daniela Valenzuela

 

Bibliografía:

 

v Barrenechea, Ana María. Textos Hispanoamericanos. De Sarmiento a Sarduy. Argentina: Monte Ávila Editores. 1978.

 

v ----------------------------- “El género fantástico entre los códigos y los contextos” en El relato fantástico en España e Hispanoamérica. (s/d)

 

v Lipper, N. “Introducción al psicoanálisis” en El emergente psicosocial. Escritos y materiales de psicología social.

http://www.elemergente-liniers.com.ar/descargas/21_introduccion_al_psicoanalisis_norberto_lipper.pdf  (consultado el 2 de marzo de 2012)

 

v Poe, Edgar Allan. Historias extraordinarias. Buenos Aires: Club Bruguera, 1968.

 

v Poe, Edgar Allan (2001) La filosofía de la composición. Cuadernos de Langre, S.L., San Lorenzo de El Escorial.

 

v Poe, E. A. (1973) "Hawthorne", Ensayos y críticas, Madrid, Alianza, pp. 125-141.

 

v Roas, David. “El género fantástico y el miedo” en Quimera. Barcelona: 2002.  ISSN 0211-3325, Nº 218-219 , págs. 41-45

 

v Todorov, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica. Buenos Aires: Paidós, 2006.



[1] Poe. Op cit. p. 107.

[2] Poe. Op cit. p. 108.

[3] Poe. Op cit.  p. 121.

[4] Poe. Op cit.  p. 107.

[5] Poe. Op cit.  p. 125.

[6] Poe. Op cit. p. 128.

[7] Poe. Op cit. p. 127.

[8] Poe, E. A. Op. Cit. p. 107.


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