En una nota anterior, comenté que entre mis nuevas adquisiciones para sobrevivir a la cuarentena, mi pareja y yo compramos libros de educación que nos permitieran prever y comprender distintos fenómenos (https://rinconeduylit.blogspot.com/2020/08/cronicas-de-educacion-en-cuarentena.html). El libro que voy a comentar a continuación pertenece a una colección del diario La Nación con editorial Paidós publicada en 2016. Y pertenece a la sección de “Debatir y proyectar la educación”. La elección de este libro a continuación del artículo publicado por Dany (https://rinconeduylit.blogspot.com/2020/10/supresion-o-aceptacion-de-las.html) no es casual. Su reflexión acerca de la injerencia de lo distinto como factor de la violencia me remitió automáticamente a este: Violencias en la escuela: nuevos problemas, diferentes intervenciones.
En este libro se hace hincapié en
algunos aspectos:
- · No hay un solo tipo de violencia.
- · Hacer una vaga campaña de prevención diciendo lo obvio (que la violencia es mala, por ejemplo) no alcanza.
- · No intervenir es un acto de negligencia y violencia.
- · Hacer que el entorno educativo sea un lugar libre de ella es un esfuerzo de todas las personas que integran la comunidad educativa.
Cuando comencé a leer los
artículos, noté algo bastante sencillo, cada artículo va de las cuestiones o
factores más simples y formas de encarar situaciones de manera más tolerante, a
cuestiones más complejas, difíciles de digerir y que, en la mayoría de los
casos, nos cuesta enfrentar. Lejos está de los artículos discriminar,
simplemente recalca que muchas veces los seres humanos somos reacios a aceptar
lo distinto, la otredad. Es por eso que tener en cuenta las diferencias y
tratarlas de la manera más integradora posible, alientan a generar un ambiente
educativo más sano y ameno. La composición familiar (familias separadas,
monoparentales, homoparentales, ensambladas, etc.) puede ser factor de prejuicio
entre las personas adultas y de burla entre jóvenes, siendo que muchas veces
replican lo que escuchan en el hogar o, incluso, de sus docentes y equipo
directivo. El mal uso de las redes sociales y el manto del anonimato, pueden generar situaciones que son detectadas tardíamente (cyberbullying, cyberstalking, grooming, entre las más sobresalientes). Las
diferencias étnicas, socioeconómicas, culturales y religiosas pueden ser
también un factor de choque dentro de la comunidad; en este caso, se resalta la
importancia de los derechos humanos por sobre el derecho a la libre práctica
religiosa o el relativismo cultural: la ablación genital, las prácticas misóginas,
el trabajo infantil y cualquier cosa que vaya en detrimento de los y las
infantes y jóvenes nunca pueden ser tolerados. Algunas discapacidades y
síndromes también deben ser tenidos en cuenta ya que las tasas de maltrato
intrafamiliar y entre pares suelen tener mayores índices en estos casos.
Por otra parte, dentro de la
violencia entre pares que pueda surgir de la diferencia, se destacan la
violencia en el noviazgo y el abuso sexual; quizás, este aspecto
hay que hacer un aparte porque es imprescindible el trabajo entre docentes,
equipo directivo, gabinete psicopedagógico si lo hubiera, las familias, e
incluso, pensar la posibilidad de hacer un trabajo interdisciplinario con
profesionales de lo legal y la psicología. El descubrimiento del cuerpo durante
la niñez y la adolescencia es algo normal, pero cuando la violencia se filtra y
se naturaliza, hay que estar alerta. En principio, porque pueden ser el síntoma
de otro tipo de violencias. En otra instancia, porque las consecuencias pueden
ser terribles para las víctimas. Y finalmente, porque el victimario no puede
ser estigmatizado por el resto de su vida desde la infancia y adolescencia; es
obligación de la escuela y las familias intervenir para revertir la situación.
Una de las cosas que se resaltan
es que en la mayoría de los casos nunca aparece un solo tipo de violencia
aislada. Un buen clima en la escuela y en la familia genera vínculos sanos
dentro de la comunidad. La violencia institucional y la violencia familiar
también son analizadas en los artículos como factores decisivos en la forma en
que el alumnado encara sus relaciones sociales. También, rescata a los medios
de comunicación como promotores de la violencia o proveedores de modelos violentos
o viciados de interacción y vinculación
En los artículos de Paggi no sólo
se clasifican distintos tipos de violencia a los que debemos prestar atención,
sino que también se plantea la detección como forma eficiente de prevención.
Habla de prevención primaria para
mencionar a la serie de acciones que aplicamos para que un suceso que deseamos
evitar no ocurra, prevención secundara
para identificar indicadores y factores de riesgo de la población vulnerable y
adoptar medidas al respecto y prevención
terciaria al momento de realizar las intervenciones pertinentes para
solucionar el conflicto.
Como docentes, contamos con
algunos instrumentos para aproximarnos a las distintas problemáticas de la
escuela de hoy, como el acta, el informe y las entrevistas con las familias.
Asimismo, hay una serie de protocolos, derechos, deberes y obligaciones que
conforman un marco legal del que debemos estar al tanto. Por último, para poder
abordar la gravedad y el riesgo de la situación nos dan una serie de parámetros
que pueden resultar sumamente útiles. Se alienta a analizar:
- · Tipo de daño
- · Impacto, localización y tipo de lesión
- · Nivel de vulnerabilidad del educando
- · Frecuencia y cronicidad del maltrato
- · Características parentales
- · Características comportamentales del alumno o de la alumna
- · Recursos de la familia para proteger al niño, niña o adolescente
Si bien los guardapolvos y
uniformes escolares pretenden homogenizar, uniformar y eliminar las diferencias
como en los textos de Le Guin analizados por Dany, la realidad es que la
diversidad y la heterogeneidad nos desborda. Pensar en una escuela que no eluda
las diferencias, las enfrente y las acepte, las enseñe y las transmita a la
comunidad educativa, me parece que es el primer paso para generar una sociedad
más justa y menos violenta. Desde nuestro lugar, lo único que nos queda es
seguir aprendiendo y seguir mejorando para que esto así sea.
Agus
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